El proceso de desarrollo de nuevas vacunas que se está llevando a cabo para prevenir la COVID-19 está acelerando la investigación en este ámbito, además de poner en valor el papel de las vacunas y sus beneficios para la salud de la población mundial.

La innovación realizada en vacunas durante los últimos siglos ha facilitado el progreso de la humanidad, contribuyendo a crear comunidades más saludables, protegidas frente a enfermedades infecciosas potencialmente mortales o con graves consecuencias.

En el último año, los gobiernos, los científicos y la industria biomédica ha colaborado y unido esfuerzos para producir y distribuir múltiples vacunas contra un patógeno completamente nuevo en un tiempo récord. Aunque el objetivo principal es detener la pandemia de COVID-19, el proceso de desarrollo de estas nuevas vacunas está contribuyendo a impulsar nuevas tecnologías a un ritmo acelerado a la vez que permite concienciar sobre los beneficios de la vacunación.

En el marco de la Semana Mundial de la Inmunización 2021, establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre el 24 y el 30 de abril de cada año, nos gustaría poner en valor el papel de las vacunas consideradas como uno de los mayores logros médicos de la civilización moderna. 

Un legado histórico

Desde la primera vacuna contra la viruela en 1796, las vacunas han salvado más vidas que cualquier otra intervención médica1. Los programas de vacunación mundiales contra la viruela en los años 70 dieron lugar a una erradicación completa de la enfermedad; antes de la vacuna, casi cuatro millones de personas, principalmente niñ@s, fallecían cada año. Solo en los últimos 20 años, la vacunación contra varias infecciones frecuentes ha ayudado a prevenir 37 millones de muertes en países con ingresos bajos y medios2.

Actualmente, el 86% de l@s niñ@s de todo el mundo reciben vacunas pediátricas rutinarias contra enfermedades como la tos ferina, difteria, la hepatitis B y frente a varios patógenos que causan la meningitis meningocócica, entre otras; en 1980, ese número era solo del 20%3. Si continúan las tendencias actuales, se calcula que las vacunaciones en países de ingresos bajos y medios protegerán a otros 32 millones de vidas adicionales para el 20304

La OMS también ha demostrado cómo la amplia vacunación puede ayudar a impulsar el crecimiento y la equidad económica, ayudando a los países en vías de desarrollo a fortalecer sus infraestructuras sanitarias y sociales.

Las vacunas ayudan a proteger a las personas frente a muchas enfermedades infecciosas y la puesta en marcha de programas de vacunación para la población permiten garantizar un acceso mayor y más equitativo a una vida saludable. Las vacunas son un hito de la sociedad y la ciencia que se estima salvan más de 2 millones de vidas cada año y han contribuido a incrementar significativamente la esperanza de vida.

Ignacio Sáez-Torres, Director General de Sanofi Pasteur España

En esta línea, Sanofi Pasteur, compañía líder en investigación y desarrollo de vacunas, con más de un siglo de legado y de experiencia en este ámbito, ofrece una amplia gama de vacunas que protegen contra 20 enfermedades infecciosas, entre las que se encuentran la gripe o vacunas para la infancia frente a la tos ferina, tétano, difteria, polio, Hib o la meningitis. Un compromiso histórico que nace en 1922 con el lanzamiento de la primera vacuna frente al tétano y que se ha mantenido hasta la actualidad con el propósito de proteger y mejorar la salud de las personas en todo el mundo, proporcionar vacunas innovadoras y maximizar las tasas de vacunación a nivel mundial. 

Las vacunas del futuro

Cada vez existen más evidencias científicas sobre la conexión entre diferentes tipos de infecciones y otras enfermedades, lo que podría significar nuevas vías para mejorar la salud en el futuro. Las vacunas incluso pueden ayudar a prevenir algunos tipos de cáncer, como, por ejemplo, el cáncer de cuello uterino, que a menudo es causado por el virus del papiloma humano. Además, l@s investigador@s están explorando si el virus del herpes simple podría desencadenar el Alzheimer5, y varios estudios científicos han demostrado el papel de la tos ferina como desencadenante de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)6.  

Comprender mejor los vínculos entre las infecciones y las afecciones de salud graves permitirá a l@s científic@s adentrarse en nuevas áreas y diseñar nuevas soluciones de vacunas e inmunoterapias que puedan revolucionar nuestra calidad y esperanza de vida actual1. Además, tecnologías como el ARN mensajero, podrían ayudar a la ciencia a acelerar el ritmo de desarrollo y disponibilidad de soluciones de prevención innovadoras.

La aceleración de la investigación y desarrollo en el campo de las vacunas, confirman el papel crucial que tendrán como pilar de la salud del futuro.

Las vacunas, un pilar de la salud del futuro