La inflamación tipo 2 es la causante de varias patologías atópicas, alérgicas e inflamatorias aparentemente no relacionadas entre sí, como el asma grave y la dermatitis atópica1-3.
Muchas de las personas que conviven con dermatitis atópica y/o asma ven disminuida su calidad de vida debido a que sus síntomas son impredecibles, persistentes, incontrolables y de gran impacto en su día a día4-5.
Ambas enfermedades pueden presentarse de forma simultánea en una misma persona, condicionando todavía más su vida.
El asma y la dermatitis atópica (DA) son enfermedades comunes que afectan a más de 3 y 1,5 millones de personas en España, respectivamente6-7. Aunque aparentemente estas enfermedades no parezcan estar relacionadas entre sí, l@s últim@s avances científicos han demostrado que tanto la DA como un tipo asma grave tienen un origen común: una respuesta excesiva de la infamación tipo 2 de nuestro sistema inmunitario ante alérgenos u otros factores desencadenantes. Debido a ésta, ambas enfermedades pueden incluso presentarse de forma simultánea en una misma persona.
Por ejemplo:
Adult@s
50%
de las personas afectadas por una DA también tiene asma grave y hasta el 35% de l@s que conviven con asma grave sufre DA3, 8-9.
Niñ@s y adolescentes
81%
de l@s adolescentes con DA moderada-grave también padece asma10; porcentaje que, en el caso de los niñ@s, se sitúa alrededor del 50%11.
Entendiendo la conexión entre el asma y la DA
La inflamación tipo 2 presente en nuestro sistema inmunitario puede responder de forma excesiva ante alérgenos u otros factores desencadenantes. Una respuesta que juega un papel determinante en enfermedades inflamatorias como la dermatitis atópica y el asma; así como para la rinosinusitis crónica con poliposis nasal (RSCcPN), la esofagitis eosinofílica (EEo) o algunas alergias alimentarias. No obstante, el desconocimiento de la conexión existente entre ambas enfermedades dificulta, a menudo, su comprensión, diagnóstico y tratamiento4,5.
En los casos donde la enfermedad o las enfermedades aparecen de forma moderada a severa, el control inadecuado es habitual12-16. Como resultado, muchas personas experimentan un impacto importante en su vida cotidiana, que aumenta con la gravedad de la enfermedad y en presencia de múltiples enfermedades coexistentes4,5. Así lo confirman los datos: alrededor del 45% de l@s adolescentes con dermatitis atópica experimentan un impacto negativo en su vida escolar por exacerbaciones de su enfermedad17 y hasta un 50% de personas con asma grave tienen síntomas de depresión18.
Afortunadamente, los avances en el conocimiento de las bases fisiopatológicas de numerosas afecciones a menudo ayudan a redefinir su abordaje terapéutico y a mejorar la calidad de vida de much@s pacientes; por este motivo es importante que se conozca el rol de la inflamación tipo 2 en diversas patologías.
La dermatitis atópica
La DA es una de las enfermedades más frecuntes en el mundo19,20. Aparece de forma habitual en niñ@s, comenzando antes de los 5 años en más del 85% de los casos y pudiendo persistir hasta la edad adulta21-23. Tiene un gran impacto en la calidad de vida, sobre todo porque sus síntomas son impredecibles, persistentes y/o difíciles de controlar4,5: erupciones cutáneas, sequedad y picor24,25 son algunos de los más habituales.
En niñ@s y adolescentes, la DA puede tener graves consecuencias a nivel físico, emocional, social y psicológico como, por ejemplo: reducción de la interacción social, dificultades para dormir, síntomas de depresión y ansiedad o impacto negativo en la vida escolar11,17,26-28.
Las familias y el entorno también se ven seriamente afectados. L@s familiares pueden pasar hasta 12 horas a la semana cuidando a sus niñ@s con DA10 y hasta un 73% de sus cuidador@s faltan al menos un día al trabajo cada cuatro semanas10. Además, la falta de sueño o la incapacidad para realizar las tareas domésticas de l@s padres, madres o cuidador@s comporta un impacto negativo en la dinámica familiar10,29 y el 36% presenta síntomas de ansiedad y/o depresión30.


El asma grave
El asma se estima que afecta a alrededor del 5% de la población adulta en España y cerca del 10% de l@s niñ@s31,32, siendo la segunda enfermedad más prevalente en adolescentes después de la obesidad33. Es una patología muy heterogénea que se caracteriza por una inflamación crónica de las vías respiratorias y que presenta sibilancias, falta de aliento, pesadez en el pecho y tos, entre otros34. En condiciones normales, estos síntomas pueden interrumpir el sueño y la actividad diaria de l@s pacientes35. Un impacto que aumenta en las formas más graves: entre el 30 y el 50% de las personas que padecen asma grave tienen síntomas de depresión36 debido, principalmente, al alto riesgo de exacerbaciones, visitas a urgencias, hospitalizaciones e incluso la muerte37.
En el caso de l@s adolescentes, además, puede hacer que se sientan avergonzados, cohibidos o inseguros -sobre todo por como los síntomas pueden interferirles en sueño, escuela, amistades o actividades deportivas y sociales38. Asimismo, pueden infravalorar la gravedad de su asma y tener un mayor riesgo de depresión, aislamiento y ansiedad38. Una carga que también se extiende a su entorno, sobre todo por la preocupación y ansiedad que sienten39 y por los días de trabajo perdidos40.
Referencias
1. Gandhi, N. A., Bennett, B. L., Graham, N. M., Pirozzi, G., Stahl, N., & Yancopoulos, G. D. (2016). Targeting key proximal drivers of type 2 inflammation in disease. Nature reviews. Drug discovery, 15(1), 35–50. https://doi.org/10.1038/nrd4624. (Último acceso: febrero 2022)
2. Carr, S., Chan, E.S. & Watson, W. Eosinophilic esophagitis. Allergy Asthma Clin Immunol 14, 58 (2018). https://doi.org/10.1186/s13223-018-0287-0 (Último acceso: febrero 2022)
3. Steinke, J. W., & Wilson, J. M. (2016). Aspirin-exacerbated respiratory disease: pathophysiological insights and clinical advances. Journal of asthma and allergy, 9, 37–43. https://doi.org/10.2147/JAA.S88739 (Último acceso: febrero 2022)
4. Staikūniene, J., Vaitkus, S., Japertiene, L. M., & Ryskiene, S. (2008). Association of chronic rhinosinusitis with nasal polyps and asthma: clinical and radiological features, allergy and inflammation markers. Medicina (Kaunas, Lithuania), 44(4), 257–265.
5. Silverberg, J.I. Gelfand J.M., & Margolis D.J., Association of atopic dermatitis with allergic, autoimmune, and cardiovascular comorbidities in US adults, Annals of Allergy, Asthma & Immunology, Volume 121, Issue 5, 2018 604-612.e3, ISSN 1081-1206, https://doi.org/10.1016/j.anai.2018.07.042. (Último acceso: febrero 2022)
6. CIBERES: Centro de investigación biomédica en red de enfermedades respiratorias. Disponible en: https://www.ciberisciii.es/noticias/ciberes-pone-en-marcha-una-base-de-datos-de-pacientes-asmaticos-en-espana (Último acceso: febrero 2022)
7. Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC): https://www.seaic.org/inicio/noticias-general/dia-nacional-de-la-dermatitis-atopica-2.html (Último acceso: febrero 2022)
8. Shaw, D. E., Sousa, A. R., Fowler, S. J., Fleming, L. J., Roberts, G., Corfield, J., Pandis, I., Bansal, A. T., Bel, E. H., Auffray, C., Compton, C. H., Bisgaard, H., Bucchioni, E., Caruso, M., Chanez, P., Dahlén, B., Dahlen, S. E., Dyson, K., Frey, U., Geiser, T., … U-BIOPRED Study Group (2015). Clinical and inflammatory characteristics of the European U-BIOPRED adult severe asthma cohort. The European respiratory journal, 46(5), 1308–1321. https://doi.org/10.1183/13993003.00779-2015 (Último acceso: febrero 2022)
9. Heffler, E., Blasi, F., Latorre, M., Menzella, F., Paggiaro, P., Pelaia, G., Senna, G., Canonica, G. W., & SANI Network (2019). The Severe Asthma Network in Italy: Findings and Perspectives. The journal of allergy and clinical immunology. In practice, 7(5), 1462–1468. https://doi.org/10.1016/j.jaip.2018.10.016 (Último acceso: febrero 2022)
10. Barbarot, S. Silverberg, J. Gadkhari, A. 2020. "The Family Impact of Atopic Dermatitis (AD) in Children Aged 6–11 Years: A Cross-Sectional Study in the United States (US), Canada, Europe, and Japan." American Academy of Dematology Annual Meeting. Denver, CO, USA. March 20-24, 2020. Poster Abstract ID: 15021. https://doi.org/10.1016/j.jaad.2020.06.194 (Último acceso: febrero 2022)
11. Weidinger, S. Simpson, E. Eckert, L. (2020). 15115 The patient-reported disease burden in pediatric patients with atopic dermatitis: A cross-sectional study in the United States, Canada, Europe, and Japan. Journal of the American Academy of Dermatology. 83. AB29. https://doi.org/10.1016/j.jaad.2020.06.203 (Último acceso: febrero 2022)
12. M. Iskedjian, C. Piwko and N. Shear, “Topical calcineurin inhibitors in the treatment of atopic dermatitis: a meta-analysis of current evidence,” Am J Clin Dermatol, vol. 5, no. 4, pp. 267-279, 2004.
13. J. Cury Martins, C. Martins and V. Aoki, “Topical tacrolimus for atopic dermatitis (Review),” The Cochrane Collaboration. Published by JohnWiley & Sons, Ltd., 2016.
14. S. Meggitt, J. Gray and N. Reynolds, “Azathioprine dosed by thiopurine methyltransferase activity for moderate to severe atopic eczema: a doubleblind, randomised controlled trial,” Lancet, vol. 367, no. 9513, pp. 839-846, 2006.
15. D. Ashcroft, P. Dimmock and R. Garside, “Efficacy and tolerability of topical pimecrolimus and tacrolimus in the treatment of atopic dermatitis: meta-analysis of randomised controlled trials,” BMJ, vol. 330, no. 7490, pp. 516-522, 2005.
16. M. Schram, E. Roekevisch and M. Leeflang, “A randomized trial of methotrexate versus azathioprine for severe atopic eczema,” J Allergy Clin Immunol, vol. 128, no. 2, pp. 353-359, 2011.
17. Zuberbier, T., Orlow, S. J., Paller, A. S., Taïeb, A., Allen, R., Hernanz-Hermosa, J. M., Ocampo-Candiani, J., Cox, M., Langeraar, J., & Simon, J. C. (2006). Patient perspectives on the management of atopic dermatitis. The Journal of allergy and clinical immunology, 118(1), 226–232. https://doi.org/10.1016/j.jaci.2006.02.031. (Último acceso: febrero 2022)
18. Rand, C. S., Wright, R. J., Cabana, M. D., Foggs, M. B., Halterman, J. S., Olson, L., Vollmer, W. M., Wilson, S. R., & Taggart, V. (2012). Mediators of asthma outcomes. The Journal of allergy and clinical immunology, 129(3 Suppl), S136–S141. https://doi.org/10.1016/j.jaci.2011.12.987. (Último acceso: febrero 2022)
19. Mortz, C. G. et al. (2015). Atopic dermatitis from adolescence to adulthood in the TOACS cohort: prevalence, persistence and comorbidities. Allergy, 70(7), 836–845.
20. Hay, R. J., et al. (2014). The global burden of skin disease in 2010: an analysis of the prevalence and impact of skin conditions. The Journal of investigative dermatology, 134(6), 1527–1534.
21. Huang, E., & Ong, P. Y. (2018). Severe Atopic Dermatitis in Children. Current allergy and asthma reports, 18(6), 35.
22. Shaw, T.E. et al (2011). Eczema prevalence in the United States: data from the 2003 National Survey of Children's Health. The Journal of investigative dermatology, 131(1), 67–73.
23. Guttman-Yassky, Emma, Kristine E. Nograles, and James G. Krueger. "Contrasting pathogenesis of atopic dermatitis and psoriasis—part I: clinical and pathologic concepts." Journal of Allergy and Clinical Immunology 127.5 (2011): 1110-1118.
24. Eichenfield, L. F. et al. (2014). Guidelines of care for the management of atopic dermatitis: section 1. Diagnosis and assessment of atopic dermatitis. Journal of the American Academy of Dermatology, 70(2), 338–351.
25. Kaufman BP, Guttman-Yassky E, Alexis AF. Atopic dermatitis in diverse racial and ethnic groups— Variations in epidemiology, genetics, clinical presentation and treatment. Exp Dermatol. 2018; 27:340–357. https://doi.org/10.1111/exd.13514.
26. Beattie, P. E., & Lewis-Jones, M. S. (2006). A comparative study of impairment of quality of life in children with skin disease and children with other chronic childhood diseases. The British journal of dermatology, 155(1), 145–151. https://doi.org/10.1111/j.1365-2133.2006.07185.x. (Último acceso: febrero 2022)
27. Chamlin S. L. (2006). The psychosocial burden of childhood atopic dermatitis. Dermatologic therapy, 19(2), 104–107. https://doi.org/10.1111/j.1529-8019.2006.00060.x (Último acceso: febrero 2022)
28. Weidinger, S., & Novak, N. (2016). Atopic dermatitis. Lancet (London, England), 387(10023), 1109–1122. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(15)00149-X (Último acceso: febrero 2022)
29. Yang, E. J., Beck, K. M., Sekhon, S., Bhutani, T., & Koo, J. (2019). The impact of pediatric atopic dermatitis on families: A review. Pediatric dermatology, 36(1), 66–71. https://doi.org/10.1111/pde.13727. (Último acceso: febrero 2022)
30. Manzoni, A. P., Weber, M. B., Nagatomi, A. R., Pereira, R. L., Townsend, R. Z., & Cestari, T. F. (2013). Assessing depression and anxiety in the caregivers of pediatric patients with chronic skin disorders. Anais brasileiros de dermatologia, 88(6), 894–899. https://doi.org/10.1590/abd1806-4841.20131915. (Último acceso: febrero 2022)
31. Antó J, Martinez - Moratalla J, Almar E, Aguilar X, Arévalo M, Mateos A, et al. “European Study on Asthma. the prevalence of bronchial hyperreactivity and asthma in young adults in 5 Spanish regions”. Medicina Clinica. 1996;106:761-7.
32. Aguinaga Ontoso I, Arnedo Pena A, Bellido J, Guillén Grima F, Suárez Varela MM. “The prevalence of asthma-related symptoms in 13-14-year-old children from 9 Spanish populations”. The Spanish Group of the ISAAC Study (International Study of Asthma and Allergies in Childhood). Medicina clinica. 1999;112(5):171-5.
33. Belinchon, J., Arriba Méndez, Sonia. (2013). “El asma en el adolescente”. Adolescere. I. 7-27. Disponible en: https://www.adolescenciasema.org/usuario/documentos/12-el-asma-en-el-adolescente.pdf (Último acceso: febrero 2022)
34. W. Fokkens, V. Lund and J. Mullol, “European Position Paper on Rhinosinusitis and Nasal Polyps”. Rhinology, vol. 50, no. 1, pp. 1-12, 2012.
35. Plaza V (Coord). “Guía Española para el Manejo del Asma 5.0 (GEMA5.0)”. Madrid: Luzan 5; 2020. ISBN: 978-84-17372-97-2. Disponible en: https://www.gemasma.com (Último acceso: febrero 2022).
36. Rand, C. S., Wright, R. J., Cabana, M. D., Foggs, M. B., Halterman, J. S., Olson, L., Vollmer, W. M., Wilson, S. R., & Taggart, V. (2012). Mediators of asthma outcomes. The Journal of allergy and clinical immunology, 129(3 Suppl), S136–S141. https://doi.org/10.1016/j.jaci.2011.12.987. (Último acceso: febrero 2022)
37. Haselkorn T, Fish JE, Zeiger RS, Szefler SJ, Miller DP, Chipps BE, et al. “Consistently very poorly controlled asthma, as defined by the impairment domain of the Expert Panel Report 3 guidelines, increases risk for future severe asthma exacerbations in The Epidemiology and Natural History of Asthma: Outcomes and Treatment Regimens (TENOR) study”. J Allergy Clin Immunol. 2009;124(5):895-902.e1-4.
38. Mayo Clinic. Treating asthma in children age 12 and older. 2019. Disponible en: https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/childhood-asthma/in-depth/asthma-in-children/art-20044390 (Último acceso: febrero 2022)
39. Bruzzese, J. M., Unikel, L. H., Shrout, P. E., & Klein, R. G. (2011). Youth and Parent Versions of the Asthma-Related Anxiety Scale: Development and Initial Testing. Pediatric allergy, immunology, and pulmonology, 24(2), 95–105. https://doi.org/10.1089/ped.2011.0076 (Último acceso: febrero 2022)
40. European Respiratory Society. European Lung White Book, Chapter 2: The economic burden of lung disease. Disponible en: http://www.erswhitebook.org/files/public/Chapters/02_economics.pdf (Último acceso: febrero 2022)