En el campo de la atención sanitaria pediátrica, hay una enfermedad que ha provocado históricamente un gran miedo: “Cuando una familia acude al hospital con un niño muy enfermo, casi siempre su primera pregunta es: ¿podría ser meningitis?”, explica el profesor Martinón Torres, Jefe del servicio de Pediatría y Director de Pediatría Clínica, Infectología y Traslacional del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela (España).

La meningitis meningocócica es una enfermedad causada por varias cepas diferentes de bacterias, llamadas Neisseria meningitidis, que circulan de forma impredecible por todo el mundo. Durante el año 2018, más de 3.200 personas contrajeron la enfermedad meningocócica invasiva en Europa1, y en España durante el 2019 se produjeron 412 casos. Aproximadamente 1 de cada 10 pacientes no sobrevivieron.

La mayoría de las personas pueden portar y transmitir las bacterias, 1 de cada 10 personas y 1 de cada 4 adolescentes tienen bacterias meningocócicas en la parte posterior de la nariz o garganta sin mostrar ningún síntoma de la enfermedad, por ello, a menudo, la transmiten sin saberlo1. Sin embargo, un número minoritario de niños, adolescentes y adultos jóvenes – con mayor frecuencia menores de 5 años y los jóvenes entre 14 y 25 años2- sufren la infección ocasionada por estas bacterias que además de provocar la muerte puede ocasionar complicaciones graves y secuelas2.

Daniel Yoshizawa, superviviente de meningitis

A pesar de todos los avances en los tratamientos médicos, “se ha producido un estancamiento en los resultados, ya que todavía aproximadamente el 10% de los casos de meningitis grave mueren, a veces solo 24 horas después de enfermar”, señala el profesor Martinón-Torres. “Además, hasta un 20% se enfrenta a secuelas de por vida. Entre las complicaciones se encuentran la septicemia (infección en la sangre), que puede provocar amputaciones, así como problemas neurológicos graves, incluida la pérdida auditiva”1.

El Dr. David Greenberg es actualmente director médico de meningitis en Sanofi Pasteur, empresa que lleva 45 años focalizando sus esfuerzos en la prevención de la enfermedad meningocócica. En 1981, cuando era un joven estudiante de medicina en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Houston (Texas) se produjo un brote de meningitis meningocócica que afectó a media docena de niños en edad escolar de la ciudad. “En ese año, íbamos al hospital para ver a los padres que llegaban con sus hijos enfermos, que mostraban todos los signos indicadores de meningitis y septicemia”. Describían la rapidez con la que les había atacado: el día antes, los niños estaban perfectamente sanos. Fue terrible ver la enfermedad progresar, sin importar lo que hiciéramos para intentar detenerla. Era el desenlace habitual en esa época. Habría brotes de meningitis y hospitales cuidando de estos niños y no todos podrían salvarse ", señala el Dr. Greenberg.

Antes de que se implantasen programas de vacunación masivos en muchos países de todo el mundo, las epidemias de meningitis eran más frecuentes. Hoy en día, gracias a las vacunas, “han desaparecido prácticamente en poblaciones con altas tasas de cobertura de vacunación”, añade el Dr. Greenberg.

Aunque ahora es posible reducir la incidencia de la meningitis meningocócica mediante la vacunación, se trata de una situación que continúa requiriendo atención y mejoras constantes.

Hay varios tipos de vacunas disponibles en diferentes países y regiones de todo el mundo, que van desde aquellas que ayudan a prevenir solo una cepa de la enfermedad (monovalente) hasta las vacunas que ayudan a prevenir cuatro cepas (tetravalente).

Los programas de vacunación pueden variar según el país y pueden dirigirse a diferentes grupos de edad y poblaciones. En muchos países, hay programas dirigidos a población muy joven, de al menos una cepa de la bacteria meningocócica, normalmente la que había causado brotes de meningitis localizados en el pasado. No obstante, eso no es suficiente para prevenir todas las muertes evitables o posibles discapacidades que puedan producirse debido a la infección. Muchas autoridades sanitarias nacionales han aumentado el alcance de la vacunación con el tiempo, tanto para cubrir más cepas como para cubrir grupos de edad más amplios.

Con todos los tipos de vacunación, es de vital importancia mantener las tasas de vacunación en la población a un nivel alto para proporcionar inmunidad de rebaño, especialmente hasta que se comprenda mejor la meningitis.

El profesor Martinón Torres está intentando comprender qué es lo que hace que algunas personas sean más susceptibles a la meningitis meningocócica grave que otras, para adaptar aún más las intervenciones médicas.

“Cuando se tiene una enfermedad infecciosa geográficamente generalizada, pero que solo muestra resultados graves en una minoría de personas infectadas, hay algo en la biología de esas personas que permite que las bacterias hagan tanto daño. Hasta ahora creemos que esto está relacionado con una variación genética en el sistema inmunitario de dichas personas. Estamos cada vez más cerca de abordar cómo esas variaciones permiten un efecto tan grave y, en el futuro, creo que podremos potenciar intervenciones más personalizadas”.

“Mientras tanto, las vacunas pueden ayudar a eliminar la preocupación y el miedo a la meningitis meningocócica en millones de familias, lo cual ya es un progreso importante”, destaca el profesor Martinón-Torres. 

Meningitis meningocócica

Referencias

1. European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC). Surveillance Atlas of Infectious Diseases. Available at: https://www.ecdc.europa.eu/en/meningococcal-disease/surveillance-and-disease-data/atlas [accessed September 2020].
2. https://www.isciii.es/QueHacemos/Servicios/VigilanciaSaludPublicaRENAVE/EnfermedadesTransmisibles/Boletines/Documents/Boletin_Epidemiologico_en_red/IS-191112-WEB.pdf
3. WHO. Meningococcal meningitis. Available at: https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/meningococcal-meningitis Accessed August 2019. 
4. European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC). Surveillance Atlas of Infectious Diseases. Available at: https://www.ecdc.europa.eu/en/meningococcal-disease/surveillance-and-disease-data/atlas [accessed September 2020]. 
5. Wright C, Wordsworth R, Glennie L. Counting the cost of meningococcal disease. Pediatric Drugs. 2013;15(1):49-58. 
6. IV. CDC. Meningococcal disease – Diagnosis, Treatment, and Complications. Available at: https://www.cdc.gov/meningococcal/about/diagnosis-treatment.html